Tuesday, December 31, 2013

FELIZ AÑO 2014..¿qué, 2014? ¡Chales!

¡Quióbole! Mucho tiempo de no postear en el blog. Ya saben, los blogs ya los olvidamos todos, no son cool. Pero lo conservo aún para ser snob y hipster y decir que soy bloggero, ¡haha!

Pues esta ocasión vengo a escribir sobre el Año Nuevo, como festividad; tanto que lo gozan ustedes y yo. Esperamos con ansias este día para abrazarnos, desearnos lo mejor y sonreír por todos lados, mandando buenas vibras por doquier; celebrar como debe ser y al siguiente día esperas otra vez con ansias a que llegue la misma celebración, esto toda la vida, todos los años, todos los 31 de diciembre...¡verde! qué maldita cotidianidad.



El año se fue, el 2013, se fue como el 2010, 1985, 1347, 1826... Pinche 2013 ojete. No voy a usar como válvula de escape este post para reflexionar sobre lo que hice o dejé de hacer, las circunstancias que me llegaron y las que dejé pasar en este año que pasa; la verdad, esas madres se las dejo a ustedes que lo pongan, como ha pasado en los últimos años en sus redes sociales; a mí no me gusta ventilar mi vida, proyectos y deseos (más de lo que hago) para dar ternurita, lastimita o que me den mil y un likes y "retuits", hay otras fórmulas para obtener la atención de ustedes, ¡haha!... qué pinche pendejo estoy, ¿verdad?

Pues bien, a mí no me gustaba celebrar -por así decirlo- la venida del Año Nuevo. De niño me cagaba el momento en que todos esperaban a que diera las doce en el reloj para dar y recibir abrazos y buenos deseos; pinche obligación pendeja de tener que llegar con el primo, el tío o quien fuera que te cagaba las polainas por alguna estúpida pero justificable razón en ese momento pero que ahí estaba invadiendo tu casa, tu espacio, tu lugar. Pinches abracitos de como si nos pusiéramos Resistol en los brazos antes para dar ese abrazo todo pinche tieso, desinteresado e hipócrita donde ninguna parte del cuerpo se quiere restregar con el del otro más que las palmas de las manos que tocan el abrigo pulgoso del felicitado y que a güevo tienes que felicitar por el puto compromiso y el "mood" hippie que todos irradian a las 12:00 a.m. de cada 1 de enero...¿a poco no? No se hagan ahora los "new waveros"... 

Siempre les ha tocado "abrazar" y "felicitar" al estúpido vecino, a la prima pendeja, al amigo del amigo castroso o al tío imbécil que por tí fuera lo ignorarías, pero no; "es momento de perdón, de dar y ser buena persona"...¡WEBOS!

Peor cuando eres un niño, que lo único que importa en esta época es la Navidad, el pinche Santa Claus que ya dejó su encargo y los putos Reyes Magos que vienen en camino; pinche Año Nuevo para un niño como yo, que NUNCA le gustaron los cohetitos (no como ahora, que de repente a todo mundo ya les molestan los cohetes porque los perritos se ponen mal, pinches poseros) no le encontraba sentido, más que tragar dulces o cuanta pendejada hubiese y el desvelarse más...

Con el tiempo, me di cuenta que no tenía escapatoria para ese ridículo ritual y entendí que mientras más rápido era felicitar y abrazar a todos, más fácil me zafaba de esa mamada. Sólo que pasó una situación: los primos crecen, los tíos se mueren y poco a poco la familia se va desintegrando hasta llegar al momento en que sólo quedaba en esas cenas y celebraciones la familia con quien pasas los baches y chingonadas; y como que ahí ya no hay pedo, el abrazo es sincero y los deseos pues, de igual manera.

De repente tienes 30 y tantos; y los años pasan más rápido; no como en la niñez o la estúpida adolescencia que el mayor logro era terminar el ciclo escolar, vacaciones y otra vez lo mismo; pero eso, involucraba un tiempo enorme, eran tiempos extensos y la vida era muy despreocupada...

Hoy, el tiempo pasa volando. Bien cabrón. Y no por justificar las copas que te vayas a echar seguramente, como casi todo mundo lo hace, pero esta vez reflexiona amiguit@. ¿Crees que realmente el año que entra te va ir mejor? ¿Cómo lo sabes? ¿Tienes la certeza de ello? Quizá pueda ser peor, mucho peor (con eso de que sube todo en el consumo). Cuando me pregunté esto en algún 1ro. de enero pasado, entendí el chingado abrazo que se da la gente a las doce de la noche. Es como un "¡Ay, cabrón! Llegamos sanos y salvos al 2014...pero, veeerrrdeee sigue un año más" Cenar, beber y despilfarrar no es la mejor opción para recibir el año, pero parece que es lo único que nos han enseñado... ¿Bueno? ¿Malo? Sépalachingada...

El desear buena vibra y felicidad, año con año, pierde el sentido primordial de la sentencia. Se vuelve como la cena y el pisto que te vas a chingar: en un producto; una marca registrada, un maldito compromiso que hay que cumplir en esta sociedad para "verte bien" con los demás, ser cortés y educadito... Eres como cualquier anuncio de Wal-Mart que le desea a sus clientes un Feliz Año 2014. Se despersonalizan tus buenas intensiones.

Y regreso al inicio: el dar abrazos y felicitaciones hipócritas a gente que no te interesa su vida no te hace mejor persona; no te hace ser el mejor hippie de fin de año mandando felicitaciones y buenos deseos a todos tus contactos de "feis", justificando tu buenaventura con pinchemil fotos del plato que te vas a tragar y las botellas que vas a consumir.  Te conviertes en un cliché.

Guárdate. Enciérrate en tu recámara y pídele a tu deidad que te vaya bien, te acompañe y que sobrevivas este año venidero. Abraza a las personas que verdaderamente estimas y te importan. Si estoy dentro de ellas, qué chido. Gracias.

Ahora sí. A celebrar... ¡hahaha!